El japonés Francis Fukuyama escribió en su artículo titulado «Cultura y Desarrollo Económico: Inquietudes culturales 1» acerca de la confianza como elemento para construir capital social. Fukuyama comenta acerca de la ética de trabajo que Weber identificó en la ética protestante, la cual implica la valoración del trabajo en sí mismo y no por los resultados que genere. Esta ética de trabajo modificó las conductas de los individuos, ya que los motivaba a participar en actividades de comercio que involucraba el contacto con otras personas. Por tanto, esta ética de trabajo requería que los individuos se comportaran y mantuvieran comportamientos morales afuera de sus círculos familiares, lo cual fue crucial para crear un sistema más impersonal de confianza social. Por otro lado, se menciona en el artículo el término familismo amoral, con el que se describe la condición patológica en la que un individuo o grupo social son capaces de confiar únicamente en su núcleo familiar, manifestando comportamientos oportunistas con el resto de personas en su entorno. Para promover desarrollo económico, el capital social debe fortalecerse y promoverse, alejando toda práctica de familismo amoral para sustuirla por meritocracia y una fuerte ética de trabajo.
Fukuyama argumenta que existen cuatro formas en las que los factores culturales afectan el comportamiento económico:
Mediante el impacto en la organización y producción
El desempeño de la empresa se ve afectado por la forma en que la cultura del país valore las jerarquías, la forma en la que se toman decisiones en el país y otras normas informales que se absorban de la cultura (valores, creencias y hábitos) del país en donde se opera.
Mediante las actitudes hacia el consumo y el trabajo
Los estudios indican que la cultura de las personas que han acumulado riqueza muestra una propensión a valorar el trabajo más que la diversión y el ahorro más que el consumo sin planificación.
A través de la habilidad de crear y administrar instituciones
Muchos economistas señalan correctamente que, las diferencias entre el desempeño económico entre una sociedad y otra se explica más por las diferencias entre sus instituciones y las políticas implementadas por las mismas, más que por factores culturales. Este es sin embargo, una explicación incompleta, ya que la cultura también afecta la capacidad de una sociedad en crear y administrar debidamente las instituciones.
A través de la creación de redes sociales
Las redes sociales (en este sentido las redes sociales reales, no las tecnológicas) en las que se promueve un respeto y comportamiento moral entre todos sus miembros, fomenta el comercio entre sí mismos. Estas redes sociales promueven una especie de «moral universal» y es la base del término capital social.
Capital Social
El capital social consiste en las normas y valores compartidos entre un grupo de personas que promueve cooperación y confianza entre sí mismos. El autor Alexis de Tocqueville argumentó en su libro «Democracia en América», que la propensión de los ciudadanos estadounidenses de asociarse civilmente, fue una de las bases del éxito para el florecimiento de la democracia en los Estados Unidos, ya que permitía a la sociedad a organizarse a sí misma, sin la ayuda de una autoridad central y jerárquica.
Familismo Amoral
El antropólogo norteamericano Edward Banfield en su libro «La base moral de una sociedad atrasada» utilizó el término el “familismo amoral”, para definir aquellos valores por medio de los cuales se identifica como válida la defensa de los intereses familiares y/o personales por encima de cualquier otro valor o ideal. En culturas donde existe familismo amoral, los individuos confían únicamente en los miembros de su núcleo familiar inmediato, y manifiestan un comportamiento oportunista ante el resto de miembros de la sociedad donde viven.
Un gran problema en nuestra cultura guatemalteca, es que la meritocracia se ve derrocada por el familismo amoral. Los puestos clave de liderazgo en el Estado, usualmente son ocupados por conocidos o familiares, sin importar los resultados negativos que esto pueda traer para el desarrollo del país. Además, el familismo amoral limita las posibilidades de comercio e intercambio económico entre las personas, ya que no existen confianza fuera de círculos familiares.
1. Culture and Economic Development: Cultural Concerns. Francis Fukuyama. International Encyclopedia of the Social and Behavioral Sciences. p. 3130-3134.
El familismo amoral corroe toda nuestras sociedades convirtiendo, por lo cual se nos ubica como países subdesarrollados, pero la realidad es que somos países subadministrados
En nuestras sociedades alaban y admiran a los corruptos, muchas veces los reelegimos y agasajamos, en Panamá, es típico ver que a muchos individuos de muy bajo perfil moral, cuando ocupan un puesto, los llamados «Honorables», principalmente a los los elegidos por el voto popular en vez de ubicarlos como servidores públicos
Pero la desfachatez de estas personas es tan baja que aceptan este adjetivo, desconociendo que honorable es el cargo que ellos ostentan y que con sus hechos lo mancillan, y no ellos